Estas cuevas marcan el comienzo de la historia de Meteora. En el siglo IX, los ermitaños excavaron sus casas en los acantilados, viviendo en soledad y oración mucho antes de que se construyeran los monasterios. Visitar este lugar te permite echar un vistazo a los humildes comienzos de uno de los lugares más espirituales de Grecia.






