Seguro que has visto las fotos de monasterios encaramados en acantilados que parecen tocar el cielo. Aparte de las espectaculares vistas de Meteora, es un lugar donde los ermitaños excavaron cuevas en la roca, los monjes transportaban suministros con ascensores de cuerda y los senderos aún serpentean entre picos y capillas.
Tanto si vienes en una rápida excursión de un día desde Atenas como si te quedas en Kastraki o Kalambaka, Meteora te recompensa con algo más que paisajes. Los miradores al amanecer, los frescos centenarios y las abundantes comidas tesalias contribuyen a la experiencia. He aquí cómo aprovechar al máximo tu visita.